Aprende cómo eliminar tus malos hábitos alimenticios.

Aprende cómo eliminar tus malos hábitos alimenticios.

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Cuando se trata de alimentación y comer, en general, tenemos hábitos arraigados, que vienen de generaciones. Algunos buenos, otros no tanto…

Aunque la mayoría de los hábitos alimenticios los adquirimos desde que somos pequeños, esto no significa que no se pueda cambiar o mejorar.

Pero, ¿cómo eliminar los malos malos hábitos y adquirir aquellos que son saludables para nuestra vida? 

Lo principal en este proceso es poder reflexionar sobre los hábitos que tenemos, sustituir aquellos que son pocos saludables y reforzar los nuevos hábitos adquiridos.

Te dejamos a continuación algunos consejos que pueden ayudarte en este cambio hacia una vida más equilibrada y saludable, enfocada en la alimentación. ¡Toma nota!

Elabora una lista de sus hábitos alimenticios

Arma un diario de alimentos durante unos días, que te sirva para anotar todo lo que comes y las hora en las que tú lo haces.

Esta es una buena forma para descubrir conscientemente, cuáles son sus hábitos de alimentación. Además, también puede agregar las sensaciones que experimentas al momento de comer.

Subraya los hábitos no tan buenos de su lista

Los hábitos alimenticios que con frecuencia llevan a un aumento de peso, y no benefician la salud en general, son, por ejemplo:

  • Comer rápido.
  • Comer sin hambre.
  • Comer de pie.
  • Saltarse comidas.
  • Comer postre siempre.

 

Márcalos en la lista y destacarlos para tenerlos bien presentes.

Revisa los hábitos poco saludables

Identifica los factores que desencadenan los hábitos poco saludables y selecciona aquellos que vas a intentar modificar primero.

No dejes de animarte y felicitarte por las cosas que haces bien y los buenos hábitos que tienes. Al reconocer tus logros, te sentirás motivado a hacer más cambios.

Elabora una lista de factores desencadenantes

Si puedes identificar los factores desencadenantes, tendrás más conciencia de dónde y cuándo surgen los mismos, para terminar comiendo sin hambre.

Puede ser un desencadenante ambiental o un estado de ánimo particular que te impulsa a desarrollar hábitos no tan buenos.

Algunos desencadenante comunes son:

  • Sentarse a ver TV.
  • Una situación de estrés en el trabajo.
  • Sentarse cerca de una máquina expendedora de golosinas o refrigerios.
  • Abrir un cajón y encontrar tu refrigerio favorito.
  • Sentirse cansado o aburrido y pensar que comer algo le subirá los ánimos.

Encierra en círculos los factores desencadenantes que enfrentas cada día o semana

Marca los factores que te llevan a tomar malas decisiones respecto a la alimentación que llevas a diario. Sería bueno contar con un plan para contrarrestar estos factores.

Lo fundamental es, concentrarse en los que repites más a menudo, los que tienen más arraigados a tu estilo de vida.

Pregúntate

Para cada factor desencadenante que marques e identifiques, hazte las siguientes preguntas:

  • ¿Hay algo que pueda hacer para evitar esta situación?
  • De lo que no puedo evitar, ¿puedo hacer algo distintos que sea más saludable?

Sustituye los hábitos poco saludables con nuevos hábitos saludables

Una buena manera de sustituir los hábitos poco saludables, es reflexionando sobre tus hábitos de alimentación actuales.

Por ejemplo, puede que te des cuenta que comes demasiado rápido cuando estás solo. Puedes contrarrestar esta situación, poniéndote de acuerdo para almorzar algunos días con un compañero de trabajo.

Otros tips que debes puedes tener en cuenta y que te puede servir para sustituir tus malos hábitos alimenticios, son los siguientes:

  • Intenta comer despacio.
  • Come sólo cuando realmente tengas hambre.
  • Planifica las comidas con tiempo para asegurarte de que son saludables y balanceadas.

Refuerza tus nuevos hábitos saludables y sé paciente contigo

Los hábitos se forman con el tiempo, no se adquiere de la noche a la mañana.

Cuando esté practicando un hábito que no es tan saludable, deténgase unos minutos y pregúntese: ¿por qué hago esto? ¿cuándo comencé a hacerlo? ¿Qué tengo que cambiar?

No seas duro contigo mismo, ni pienses que un error arruinará todo el proceso. Todo tiene su tiempo, es un proceso adquirir nuevos y buenos hábitos. ¡Ten paciencia!

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