¡Qué bueno que estés aquí!
Como ya se ha mencionado en artículos anteriores, es de vital importancia distribuir nuestra alimentación diaria en cinco raciones cada día. Como parte de esta estructura, es recomendable comer algo entre el desayuno y el almuerzo. Y el caso de nuestros hijos no puede ser la excepción. En función a lo mencionado, hoy te ofrezco tres ideas para que los engreídos de la casa puedan complementar su rutina alimenticia durante el mejor conocido como “brunch”.
- Brocheta multicolor
Las frutas son elementos realmente infalibles cuando se trata de alimentar a los niños. Prueba insertar varios tipos en un palillo y acompaña con manjar blanco o leche condensada. En primer lugar, pon un cubito de sandía, sigue con un gajo de naranja o mandarina, continúa con un trocito de piña, un par de rodajas de plátano, un par de moras y, jugando con los colores, obtendrás un resultado atractivo, delicioso ¡y muy nutritivo!
- Brownie crujiente
¿Algo mejor que el dulce? Vierte una taza de chocolate en barra previamente derretido en un recipiente, junto con ¼ de taza de farina, ¾ de taza de azúcar granulada, ½ taza de mantequilla a temperatura ambiente, 1 huevo y ½ taza de café instantáneo preparado, para luego mezclar con frutos secos y hornear a 180°C por media hora. Este snack es preciso para aportar calorías y potenciar la energía de nuestros pequeños estudiantes. Recuerda servirlo en pequeñas porciones.
- Bastoncitos de queso
Una idea realmente irresistible: aplasta un par de papas recién cocinadas y peladas y sazónalas con un poco de sal y pimienta. Añade aceite para otorgarle suavidad a la masa. Forma pequeños círculos y rellénalos con abundante queso mozzarella (¡o el que tú más prefieras!). Ciérralos y fríe en aceite hasta que estén dorados. También puedes añadir jamonilla y aceitunas en el relleno.
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