El verano, es probablemente, una de las épocas del año más esperadas… baños de luz de sol, con increíbles momentos y sensaciones de paz y bienestar.
Y sí, el sol es un gran astro que se encarga de aportar a nuestro organismo muchos beneficios, entre ellos la Vitamina D. Un factor fundamental que nos ayuda a liberar nuestras hormonas de la felicidad.
Pero aunque es muy bueno en este sentido, y también ayuda a combatir la psoriasis y el acné, hay que tener ciertos cuidados. El sol puede ser un arma de doble filo, y puede traer consigo algunos riesgos para la salud y para nuestra piel.
Te contamos algunos consejos útiles para cuidar tu piel durante el verano y mantenerla siempre sana y reluciente:
Una buena limpieza
Si quieres conseguir un bronceado homogéneo, es importante preparar la piel. Siempre es recomendable, antes de exponerse al sol, hacer una exfoliación o limpieza corporal para dejarla lista para el sol.
Hidratación constante
El verano es sinónimo de pieles secas, apagadas y escamadas; y esto se debe en gran parte a la falta de hidratación de la misma.
Aplica constantemente fórmulas hidratantes, ya que estos productos permiten crear un muro de protección haciendo que el agua quede retenida en el interior de la piel.
Protección siempre
Para cuidar la piel en todo momento, es fundamental aplicar protector solar al menos media hora antes de exponerse al sol, sobre la piel siempre limpia y seca.
Sé generoso en la cantidad para asegurar la acción defensora. Y renueva la aplicación de protector cada dos horas aproximadamente.
Controla el tiempo de exposición
La recomendación siempre es evitar el sol durante las horas más fuertes, o de máxima verticalidad – entre las 11 hs. y las 16 hs.
Comienza a exponerte de manera progresiva, sobre todos los primeros días de sol. Especialmente, cuando te encuentras en la playa o en la montaña, donde los riesgos de quemaduras son más altos.
Elige buenos alimentos
Elige alimentos ricos en antioxidantes, como verduras y frutas, que te ayudarán a prevenir la degeneración celular y además, estimularán el flujo sanguíneo de la piel. También es una buena alternativa optar por grasas saludables y frutos secos.
Bebe mucha agua
Con el calor, el cuerpo pierde mucha más cantidad de agua que la habitual. En este sentido, es vital reponerla.
Toma mucha agua y líquidos, como gazpachos, sopas frías y ensaladas, que son todas grandes fuentes de hidratación.
Si tienes en cuentas estos tips y factores, y te vuelves un poco más precavido/a con el sol, ¡tu piel te lo agradecerá!
Y es que es posible disfrutar de un verano plenamente y libre de riesgos, mimando y cuidando nuestra piel hoy, para que sea una piel sana en el futuro.
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